Si yo fuera Deckard buscaría una salida,
una puerta crucial desde la noche
a algún lugar con sol,
algún lugar con vida, más allá de lo oscuro.
Si yo fuera Deckard
no iría por ahí persiguiendo replicantes,
les dejaría vivir en las afueras,
en algún suburbio de la ciudad quemada,
en algún rincón sin porvenir,
para que pudieran amarse fugazmente,
llorar como los niños, redimirse
y desaparecer bajo la lluvia
caminando despacio, muy despacio,
rumbo a ninguna parte.
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