jueves, 7 de febrero de 2008

PAVESIANA

He estado buscando por la red cosas sobre Pavese, por cuestiones relacionadas con el Aula de Poesía y, mirando y remirando, aparte de dejarme las pestañas en la pantalla, he hecho algún pequeño descubrimiento (basado, sobre todo, en mi ignorancia acerca del autor). Me apetece dejar aquí un poema del italiano y unos versos míos surgidos mientras flotaba en la nube pavesiana.




ALTER EGO


A cada hora del día yo veía el tatuaje
en su pecho sedoso: una mujer rojiza
hincada, como en un prado, en el pelo. Debajo
a ratos brama un tumulto, que turba a la mujer.
El día pasaba entre maldiciones y silencios.
Si la mujer no fuera un tatuaje, si viviera,
aferrada a ese pecho velludo, este hombre
mugiría más fuerte en la pequeña celda.

Con los ojos abiertos, tendido en la cama, callaba.
Un respirar profundo de mar ascendía
desde su cuerpo de grandes huesos sólidos: tendido
como en una cubierta. Pesaba sobre el lecho
como el que ha despertado y podría saltar.
Y su cuerpo, salado de espuma, chorreaba
una transpiración solar. En la pequeña celda
no cabía la amplitud de una mirada suya.
Si uno contemplaba sus manos, pensaba an la mujer.


[Cesare Pavese]




OTRA LUZ [PAVESIANA]


Te hastía su dolor y te avergüenzas

de tu falta de solidaridad.


La ventana está cerca

y amanecen los trenes

no muy lejos de aquí.


El universo vive en la palabra

apenas tanto como en el silencio.


[J. A. Arcediano]



domingo, 3 de febrero de 2008

Un puñado de versos de un seudohabitante de Wisconsin























SUCESO EN CENTRAL PARK

Le clavé mi Montblanc en todo el pecho.
Le dejé el corazón atravesado.

Después llegó, por fin, la policía
y yo recuperé la estilográfica,

recuerdo, para mí muy estimado,

de mi primera esposa. Dios la tenga

en su gloria. Dios la haya perdonado
.


PROFUNDA REFLEXIÓN
DE UN NEOYORQUINO

ACERCA DE LOS BOSQUES
DE WISCONSIN

Cada vez que me siento sobre el water
pienso en los verdes bosques de Wisconsin,
que existen para gloria del señor,

para solaz de todos los humanos
y, por qué no decirlo, finalmente,
para que yo, en New York, me limpie el culo.
¡Dios conserve los bosques de Wisconsin!


UNO CINCUENTA

Medir uno cincuenta es un problema,
mas no cuando se tienen dos cojones
y una magnum calibre treinta y ocho.
Hasta el hombre más grande se arrodilla
haciéndome un gigante a su presencia
tan solo con mostrarle mi pistola

y hacerle alguna seña insinuante,
como los tipos duros en el cine.


Es obvio. Si se tienen dos cojones
y una magnum calibre treinta y ocho,
medir uno cincuenta no es problema.



PAREJA DE HOMELESS
EN BATTERY PARK

Desde su rostro antártico él espera
las heladas punciones de sus labios,
los profundos arpones de sus besos.
Morir de frío en medio de su amor.
Morir de amor en medio de su frío.


Si tu mano te escandaliza
y te fuere ocasión de caer, córtala.

Marcos. 9:43.

Un dios burlón y esquivo
pagó su sed de muerte

con un millón de años.

Hoy, sigue masturbándose a diario.

Alguna vieja foto o un recuerdo

prendido en su memoria

y su mano de viejo corrompido,

su única pareja en el amor.


Un pobre bujarrón empedernido.

Un ángel olvidado del señor.