jueves, 23 de junio de 2011

Si yo fuera el Hipopótamo




















Los viejos hipopótamos
carecen de conciencia
no sufren por el otro
descansan solitarios
en su charca
entreabren los ojos
miran alrededor
y comprueban que todo
sigue igual

lunes, 20 de junio de 2011

Si yo fuera Dos

Si yo fuera Dos
le cortaría el rabo
a la Vieja Salamandra
y en un libro inexistente
escribiría
Desde la patria de la libertad
firmamos sentencias de muerte
y enviamos viejas coordenadas
a los hombres
que van de paso
a las mujeres que lloran
a los amigos muertos
Si yo fuera Dos
no me cansaría
de pasear por un Madrid devastado
aspirando el aroma
de la madrugada
antes de amanecer
justo cuando parece
que la utopía es lo único posible.

viernes, 3 de junio de 2011

Si yo fuera Sherlock Holmes


Si yo fuera Sherlock Holmes
cambiaría la pipa por un peta
y el violín por una stratocaster
ese ridículo traje a cuadros
por una chupa negra
y unos vaqueros viejos y gastados
dejaría de husmear siempre por ahí
en busca de verdades aburridas
cambiaría sin dudarlo
la deducción por la imaginación
la niebla de Londres
por el sol de Sevilla
la concentración por la relajación
Baker Street por la Gran Vía
la señora Hudson por Scarlett Johansson
y la morfina por un buen tequila
(mejor si es Herradura Reposado)
Si yo fuera Sherlock Holmes
no querría tratos con Scotland Yard
ni con los estirados caballeros ingleses
sólo investigaría la manera
-elemental- de vivir sin trabajar
llevaría una flor en la solapa
(si tuviera solapa)
tomaría -eso sí- su mismo té
me armaría finalmente de valor
y le declararía mi amor al Doctor Watson.


miércoles, 1 de junio de 2011

Si yo fuera Schumann

Si yo fuera Schumann
querría llamarme Thom Yorke
y vivir esta vida
como si fuera otra
y comerme el micrófono
suavemente
para apurar la noche
y tener en mis manos
otro mundo
y saldar tantas cuentas
con esta realidad insostenible
Si yo fuera Thom Yorke
no envidiaría a Schumann
ni a ningún otro muerto
y seguiría ahí
rodeado de extraños
boquiabiertos
extasiados
sintiendo
que ya nada
podrá separarles
de este momento
tal vez
irrepetible


Si yo fuera Deckard

Si yo fuera Deckard buscaría una salida,
una puerta crucial desde la noche
a algún lugar con sol,
algún lugar con vida, más allá de lo oscuro.
Si yo fuera Deckard
no iría por ahí persiguiendo replicantes,
les dejaría vivir en las afueras,
en algún suburbio de la ciudad quemada,
en algún rincón sin porvenir,
para que pudieran amarse fugazmente,
llorar como los niños, redimirse
y desaparecer bajo la lluvia
caminando despacio, muy despacio,
rumbo a ninguna parte.


La espera [microrrelato]

Hace días que espero ante el teléfono, midiendo sus formas, escrutando un posible movimiento, la vibración que alerta de la llamada entrante, la esperada. Es negro, brillante, minimalista, ligero, y te pone en contacto con el mundo, con voces lejanas que te traen noticias que a veces hasta son buenas. Pero no sucede, no se mueve ni un milímetro, no produce vibración alguna. Sigue ahí, sobre la mesa, inexpresivo, mudo, solemne, guardando celosamente las palabras esperadas. Cuando llega la noche y es hora de dormir, reposa bajo mi almohada, y sólo emite sonido con los primeros rayos de la mañana, para advertirme que debo regresar. Y regreso, con él, a la espera. Me aguarda en la repisa del lavabo, desayuna conmigo, viaja en mi bolsillo, regresa conmigo a casa y repite la misma posición, tumbado boca arriba, sin decir nada, nada más que su nombre estúpido y extraño, en letras blancas, que estropean su austera elegancia, su negro inmaculado. Sólo me dice Nokia, y yo... sigo esperando.