domingo, 3 de febrero de 2008

Un puñado de versos de un seudohabitante de Wisconsin























SUCESO EN CENTRAL PARK

Le clavé mi Montblanc en todo el pecho.
Le dejé el corazón atravesado.

Después llegó, por fin, la policía
y yo recuperé la estilográfica,

recuerdo, para mí muy estimado,

de mi primera esposa. Dios la tenga

en su gloria. Dios la haya perdonado
.


PROFUNDA REFLEXIÓN
DE UN NEOYORQUINO

ACERCA DE LOS BOSQUES
DE WISCONSIN

Cada vez que me siento sobre el water
pienso en los verdes bosques de Wisconsin,
que existen para gloria del señor,

para solaz de todos los humanos
y, por qué no decirlo, finalmente,
para que yo, en New York, me limpie el culo.
¡Dios conserve los bosques de Wisconsin!


UNO CINCUENTA

Medir uno cincuenta es un problema,
mas no cuando se tienen dos cojones
y una magnum calibre treinta y ocho.
Hasta el hombre más grande se arrodilla
haciéndome un gigante a su presencia
tan solo con mostrarle mi pistola

y hacerle alguna seña insinuante,
como los tipos duros en el cine.


Es obvio. Si se tienen dos cojones
y una magnum calibre treinta y ocho,
medir uno cincuenta no es problema.



PAREJA DE HOMELESS
EN BATTERY PARK

Desde su rostro antártico él espera
las heladas punciones de sus labios,
los profundos arpones de sus besos.
Morir de frío en medio de su amor.
Morir de amor en medio de su frío.


Si tu mano te escandaliza
y te fuere ocasión de caer, córtala.

Marcos. 9:43.

Un dios burlón y esquivo
pagó su sed de muerte

con un millón de años.

Hoy, sigue masturbándose a diario.

Alguna vieja foto o un recuerdo

prendido en su memoria

y su mano de viejo corrompido,

su única pareja en el amor.


Un pobre bujarrón empedernido.

Un ángel olvidado del señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario